Carlos Alcaraz tras conseguir el punto que le convertía en campeón del Master 1000 de Miami. Imagen: @tennisHQ_

Si en la previa comentábamos de la superioridad de Alcaraz en pista y de su proyección, la final en Miami ha sido un claro ejemplo de ello. El español está destinado a brillar, y, con tan solo 18 años, ya lo está haciendo.

El partido comenzaba con el español un tanto errático, lo que le llevó a ceder su servicio y ponerse 4-1 abajo en el marcador. Sin embargo, lejos de dejarse ir, el español subo encauzar el camino correcto y comenzó a sentir la bola como lo ha venido haciendo todo el torneo.

A partir del 4-1, el partido ha tenido un solo nombre: Carlos Alcaraz. La lucha del noruego Casper Ruud no ha sido suficiente para poder arañarle ni tan siquiera un set al español. Cerrando la primera manga con un 7-5, la moral del actual número 8 del mundo, que se convertirá en número 7 tras su gran papel en Miami, estaba por los suelos. Esto se vio reflejado en el inicio del segundo set, cuando cedía su servicio dos veces consecutivas. Con un marcador de 3-0 el español perdería por última vez su servicio y con la diferencia de uno de los breaks conseguidos, cerraría con solvencia el encuentro con un 6-4.

Con este título, Carlos Alcaraz se convierte en el primer español en coronarse en Miami, y, por si fuera poco, el jugador más joven en hacerlo, superando por casi un año al actual número 1 del mundo Novak Djokovic. Este dato puede servir de perspectiva para comprobar la grandeza de lo conseguido por el murciano.

Tras el partido el joven español se ha fundido entre lágrimas con su entrenador Juan Carlos Ferrero, quien había llegado a última hora para verle jugar. Esta ha sido una de las escenas más emotivas del torneo y que quedarán sin duda marcada en la retina de los espectadores.

En cuanto a lo que viene ahora, nadie puede saberlo. La carrera de Carlos Alcaraz apenas acaba de comenzar y su nombre ya suena como favorito para cualquier contienda. El top 10 parece ser la próxima parada a corto plazo para el pupilo de Ferrero. Lo que si está claro es que tenemos suerte de tener a un jugador tan joven y con tantas ganas de brillar y que seguro que nos traerá muchas alegrías.