El taiwanés en 2018 levantando el trofeo de campeón de Wimbledon Junior. Imagen: @combotenis

La transición de junior a profesional en un deporte como el tenis es una etapa clave que suele determinar la suerte de los jóvenes tenistas que sueñan con llegar a lo más alto. El hecho de destacar en el circuito junior no asegura triunfar en profesionales, y, por supuesto, no destacar entre los jóvenes implica no poder llegar a jugar en las grandes citas.

El caso del taiwanés, Chung Hsin Tseng, es uno de esos que causa mucha expectación. Han pasado 4 años desde que se convirtiese en número 1 del circuito ITF junior, ganando con clara superioridad 2 grand slams en esa etapa, veáse, Wimbledon y Roland Garros; y consiguiendo también una final en el Abierto de Australia.

Todo indicaba que su ascenso en el circuito se produciría de manera explosiva al haber superado la etapa junior con tanta “facilidad”. Sin embargo, lejos de la realidad, el taiwanés ha luchado mucho en estos 4 años para poder hacerse un nombre en el circuito ATP y los resultados no estaban siendo acordes a lo esperado.

Pero al final, el esfuerzo tiene su recompensa, y el inicio de año del joven de 20 años hace presagiar que 2022 puede ser un año clave en su desarrollo tenístico.

Habiendo ganado 2 títulos challenger en distintas superficies (dura y arcilla) este mismo año, el taiwanés se encuentra a tan solo 40 puestos del top100; y su sólido juego parece que ha encontrado una sintonía perfecta con su rapidez en pista que hace muy complicado vencerle.

Tras ganar en Murcia este domingo, la que en su día se le considerase la nueva joya del tenis mundial, empieza a ver recompensado todo el trabajo duro que le caracteriza y su nombre vuelve a sonar 4 años después en el circuito. Sin duda, será interesante ver hasta donde puede llegar.