
Hay veces en las que los adjetivos se acaban para definir sucesos extraordinarios; ese es el caso de Rafael Nadal. Todo el que haya visto el partido de cuartos de final ante Novak Djokovic ha visto de verdad lo que es el tenis: garra, esfuerzo, talento y una mentalidad ganadora al alcance de unos pocos.
Un partido que ha tenido de todo: muchos picos de alcanzar casi la perfección en su juego por parte de ambos jugadores, opciones para los dos, y, sobre todo, un espectáculo de 4 horas y 10 minutos digno de estudio.
Empezando como un ciclón, Rafa sorprendía a un Djokovic descentrado que no encontraba su juego. Con 6-2 y 3-0 en contra, el número uno comenzaba a golpear la bola con una potencia que mermaba el juego del español. Recuperando ambos breaks (el segundo en un juego de casi 19 minutos), y con una dinámica positiva, el serbio igualaba el marcador al llevarse la segunda manga por 6-4.
Lejos de bajar los brazos, Rafa empezaba el tercer set rompiendo el servicio del número 1 e imponía su juego de nuevo. Con un total dominio del juego, el manacorí rompía de nuevo el saque de Novak para y cerraba con un 6-2 la tercera manga.
El cuarto set ha sido una auténtica montaña rusa. Volviendo a controlar el juego, Djokovic se colocaba con un 5-2 a favor y a tan solo un juego de forzar el quinto set. Sin embargo, Rafa no había dicho su última palabra y, salvando hasta dos bolas de set en el servicio de Djokovic, conseguía romper y recuperar el break. Tras esto, ambos mantenían su servicio hasta llegar al tie break.
En este momento, Nadal ha demostrado por qué la Philippe Chatrier es la pista más especial de su carrera. Ha jugado de manera espléndida desde el inicio de la muerte súbita hasta el final. Con un 6-1 a favor, Rafa no era capaz de cerrar el partido con los servicios del serbio y necesitaba de su segundo turno de saque para finalmente cerrar con un 7-6 (4).
Increíble gesta la lograda por el español en este partido. No era el favorito, y, aún así, consigue ganar al número 1 del mundo y meterse en semifinales de Roland Garros para enfrentarse a Alexander Zverev, verdugo de Carlos Alcaraz.
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