Novak Djokovic, el número 1 del tenis mundial y destacado impulsor de la Asociación de Tenistas Profesionales (PTPA), ha levantado la voz para destacar esta situación en una rueda de prensa reciente.
Djokovic, con su característica franqueza, nos recuerda que vivir del tenis es un privilegio reservado para muy pocos. Solo alrededor de 400 tenistas en todo el mundo pueden mantenerse económicamente gracias a este deporte, una cifra sorprendentemente baja para una disciplina tan global y seguida como el tenis. Esta revelación nos lleva a cuestionarnos sobre la sostenibilidad económica de la carrera de un tenista profesional.
Un punto clave de preocupación para Djokovic
Es el papel de las casas de apuestas en este panorama. Las casas de apuestas generan ingresos significativos, incluso posiblemente cientos de millones o más, gracias a los eventos de tenis. Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿cómo se benefician los tenistas de esta bonanza económica? Djokovic nos dice que, desafortunadamente, no lo hacen en la medida que deberían.
El tenista serbio argumenta que los operadores de apuestas utilizan a los tenistas para su propio beneficio, y esto no es justo. Los nombres de los tenistas se asocian con numerosas casas de apuestas en todo el mundo, generando una cantidad colosal de dinero semanalmente. Sin embargo, los jugadores se encuentran en una posición de desventaja en este juego económico. Además, existe una prohibición que impide a los tenistas llevar en su ropa cualquier mención a empresas de tabaco o casas de apuestas, lo que limita aún más sus posibilidades de ingresos. Djokovic subraya la necesidad de un reparto más equitativo de las ganancias, sugiriendo un modelo 50-50 con los torneos, que actualmente sí pueden contar con casas de apuestas como patrocinadores.
Novak Djokovic, con su impresionante historial de 24 títulos de Grand Slam, no solo busca mejorar su propia situación, sino que desde su posición de influencia y poder, desea cambiar las condiciones para todos los tenistas. El serbio comprende las dificultades financieras que enfrentan aquellos jugadores que no cuentan con el respaldo de federaciones fuertes. La mayoría de los tenistas en todo el mundo carecen del presupuesto necesario para costear gastos de viaje, entrenadores, fisioterapeutas y otros servicios esenciales para su desarrollo profesional.
Djokovic nos brinda una perspectiva única desde lo más alto del tenis mundial. Nos hace reflexionar sobre la cruda realidad económica que enfrentan la mayoría de los tenistas y plantea preguntas importantes sobre la distribución de ingresos en el mundo del tenis profesional. Su llamado a un reparto más equitativo y a un mayor respaldo para los jugadores es un paso valiente hacia un tenis más sostenible y justo.