Este cambio se produce después de un breve período en el que Tsitsipas experimentó con otra configuración técnica, que no resultó exitosa.
La noticia fue dada a conocer poco antes del inicio del torneo de Shanghai, donde el padre de Tsitsipas ocupará nuevamente la silla de coach. El propio tenista griego explicó que su colaboración con Mark Philippoussis no rindió frutos y que no pudo adaptarse a la forma de entrenar de Philippoussis, lo que se reflejó en sus resultados en la cancha.
Tsitsipas está atravesando un difícil momento en su carrera, caracterizado por un bajo rendimiento en sus partidos. Busca, con este cambio, recuperar el camino hacia la victoria. Su última derrota en el torneo de Pekín ante Nico Jarry, en dos sets, subrayó su lucha por mantener un buen nivel de juego.
A pesar de haber conseguido el título en Los Cabos, una semana de tenis destacado en México, Tsitsipas ha sufrido cinco derrotas en los ocho partidos disputados después de ese torneo, algunas de ellas sorprendentes. Cayeron ante Stricker en el US Open, ante Monfils en Toronto y ante Molcan en la Davis.
El motivo detrás del regreso de Tsitsipas a trabajar con su padre es claro y lo explicó de esta manera: “Mi padre ha estado siempre a mi lado, incluso cuando no está presente en los torneos y la gente no lo ve. Ha vuelto al equipo para quedarse. No tengo intenciones de cambiarlo ni de apartarlo. A menudo, la gente intenta crear rumores o socavar lo que tenemos con alguien cercano. Él no puede ser excluido. Mark Philippoussis ya no forma parte del equipo, quise intentar trabajar con otro entrenador y ver qué sucedía. No funcionó en varios aspectos. Al no tener a mi padre a mi lado, sentí que estaba perdiendo parte de mi identidad como tenista. No pude ajustarme a los cambios ni a las técnicas y métodos de Mark“.
Esta decisión de Tsitsipas de volver a trabajar con su padre como entrenador principal marca un nuevo capítulo en su carrera y sus seguidores esperan ver un renacimiento en su rendimiento en la cancha.